¿Qué son las escaras y cómo se forman?
Las escaras, también conocidas como úlceras por presión o úlceras de decúbito, son áreas de la piel y el tejido subyacente dañadas debido a la presión prolongada sobre la piel. Esta condición es común en personas que permanecen en la misma posición durante largos períodos, como pacientes postrados en cama o en sillas de ruedas.
Factores de Formación de Escaras
La formación de escaras se debe a varios factores, siendo el principal la presión constante sobre una parte específica del cuerpo. Esta presión puede interferir con el flujo sanguíneo, impidiendo que los tejidos reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios. Otros factores incluyen:
- Fricción: El roce continuo de la piel contra una superficie puede desgastar la piel, facilitando la aparición de escaras.
 - Humedad: La exposición constante a la humedad, causada por sudor, orina o heces, puede debilitar la piel y hacerla más susceptible a las lesiones.
 - Desnutrición: Una dieta insuficiente en proteínas y calorías puede afectar la salud de la piel y su capacidad para sanar y resistir la presión.
 
Áreas Comunes Afectadas
Las escaras suelen formarse en áreas donde el hueso está cerca de la superficie de la piel, ya que estas zonas son más propensas a la presión constante. Entre las áreas más comunes se encuentran:
- El coxis y el sacro
 - Los talones
 - Las caderas
 - Los codos
 - Los omóplatos
 
Tipos de escaras: Clasificación según sus grados
Las escaras, o úlceras por presión, se clasifican en varios grados según la severidad de la lesión. Esta clasificación permite una mejor identificación y el tratamiento adecuado de cada tipo de escara, facilitando así la planificación de cuidados específicos.
Grado 1
En el grado 1, la piel está intacta pero presenta áreas de enrojecimiento que no palidecen al aplicar presión. Esta etapa es crucial para la prevención, ya que se puede revertir con medidas adecuadas como el alivio de presión y una correcta higiene de la piel.
Grado 2
El grado 2 se caracteriza por la pérdida parcial del espesor de la piel, afectando la epidermis y/o la dermis. Puede aparecer como una ampolla intacta o abierta, y es fundamental actuar rápidamente para evitar una progresión hacia grados más severos.
Grado 3
En el grado 3, hay una pérdida total del espesor de la piel, lo que expone el tejido subcutáneo sin afectar músculos, huesos ni tendones. El tratamiento en este grado incluye la remoción de tejido necrótico y el uso de apósitos específicos para promover la cicatrización.
Grado 4
El grado 4 es el más severo y peligroso, con una pérdida completa de la piel y daño que puede extenderse a músculos, huesos y estructuras de soporte. Las escaras de grado 4 requieren intervenciones médicas avanzadas, como cirugía y la administración de antibióticos para prevenir infecciones.
Síntomas y signos de cada grado de escaras
Escaras de Grado 1
Las escaras de grado 1 presentan enrojecimiento en la piel que no desaparece al aplicar presión. Este es el primer signo de daño cutáneo. La piel puede sentirse más caliente o más fría al tacto en comparación con las áreas circundantes. Es posible que el área afectada también sea dolorosa y tenga una textura más firme o más suave que la piel cercana.
Escaras de Grado 2
En las escaras de grado 2, la capa externa de la piel (epidermis) comienza a romperse, formando una úlcera superficial. Estos tipos de escaras pueden parecerse a una ampolla abierta o un área poco profunda con una herida roja o rosada. A menudo, se observan áreas de piel desgarrada o con apariencia de abrasión.
        
        
    
Escaras de Grado 3
Las escaras de grado 3 exhiben una pérdida completa de la piel, afectando todas las capas hasta llegar al tejido graso subyacente. La herida adquiere una apariencia de cráter profundo con bordes necrosados. Es común observar áreas de tejido muerto (esfacelo) dentro de la úlcera.
Escaras de Grado 4
Las escaras de grado 4 representan la forma más grave de úlcera por presión. Afectan todas las capas de la piel y los tejidos subyacentes, llegando incluso a los músculos, huesos y articulaciones. La herida puede mostrar esfacelo y tejido necrótico, y la infección es un riesgo considerable en este grado.
Imágenes y fotografías de escaras en diferentes etapas
Las imágenes y fotografías de escaras son fundamentales para entender la progresión de estas lesiones, que comúnmente afectan a personas con movilidad reducida. Visualizar las distintas etapas ofrece una guía clara para la identificación y el tratamiento adecuado de las escaras. Además, permite a los profesionales de la salud monitorear la evolución de la herida y ajustar las intervenciones terapéuticas según sea necesario.
Etapa 1: Enrojecimiento
La primera etapa de las escaras se caracteriza por el enrojecimiento de la piel, que no desaparece al presionar. En las fotografías de escaras en etapa 1, el área afectada puede parecer ligeramente inflamada y cálida al tacto. Esta etapa es crucial para prevenir el avance hacia lesiones más graves, por lo que reconocer estos primeros signos es vital para una intervención temprana.
Etapa 2: Piel abierta
En la etapa 2, la piel comienza a romperse, formando una herida superficial. Las imágenes en esta fase muestran una úlcera abierta que puede ser dolorosa y estar rodeada de piel rojiza o decolorada. El daño alcanza la capa más externa de la piel, el epitelio, lo que hace que esta etapa sea más peligrosa y requiera cuidados más intensivos para evitar infecciones.
Etapa 3: Daño profundo
La etapa 3 implica un daño más profundo, afectando los tejidos subcutáneos. Las fotografías en esta fase revelan una úlcera más grave, con una mayor pérdida de tejido que puede dejar expuestos la grasa subcutánea y otras estructuras. La atención médica en esta etapa es crucial para prevenir complicaciones más serias.
Etapa 4: Daño extendido
En la etapa 4, el daño es extenso y puede llegar a los músculos y huesos. Las imágenes muestran úlceras profundas y extensas que requieren intervenciones médicas intensivas. La presencia de tejido necrosado y el alto riesgo de infección hacen que el tratamiento sea complejo y prolongado.
Prevención y tratamiento para cada grado de escaras
Grado I
Las escaras de grado I son lesiones superficiales de la piel. La prevención incluye cambios frecuentes de posición y el uso de superficies acolchadas. Para el tratamiento, es crucial mantener la piel limpia y seca, aplicar cremas hidratantes y proteger la zona afectada con apósitos especiales.
Grado II
Las escaras de grado II afectan las capas superficiales y pueden mostrar ampollas o desgastes. Para la prevención, además de los cuidados del grado I, es necesario asegurarse de una buena nutrición e hidratación. El tratamiento incluye la limpieza suave de la herida con solución salina y el uso de apósitos hidrocoloides para promover la cicatrización.
Grado III
Las escaras de grado III son heridas más profundas que afectan tejidos subcutáneos. La prevención requiere el uso de colchones y cojines especiales para reducir la presión. El tratamiento implica desbridamiento del tejido muerto, utilización de apósitos especializados y, en algunos casos, terapia con presión negativa.
					









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