Los daños no económicos se refieren a los tipos de indemnización que no tienen un valor monetario concreto. Son subjetivos y representan las pérdidas personales sufridas a causa de un accidente o una infracción.
Los tipos más comunes de daños no económicos son:
Dolor y sufrimiento
El dolor y el sufrimiento se refieren a la angustia causada por una lesión, incluyendo tanto el dolor inmediato como cualquier molestia o agonía continuada.
Angustia mental y aflicción emocional
No todas las cicatrices son visibles: los incidentes graves pueden desencadenar repercusiones psicológicas como trastornos de ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Desfiguración
Se refiere a los cambios en el aspecto físico debidos a la lesión, como cicatrices y quemaduras considerables, que a menudo causan angustia emocional.
Discapacidad física
El deterioro físico incluye las limitaciones funcionales o discapacidades derivadas de un accidente que impiden tu estilo de vida.
Pérdida de disfrute de la vida
Los accidentes tienen la desafortunada capacidad de robar a las víctimas ciertas alegrías de su vida. Cuando es así, se puede pedir una indemnización.
Calcular los daños no económicos puede ser difícil, ya que dependen en su totalidad de cada caso. Aunque no existe un cálculo universal, hay dos formas habituales en que los tribunales y los abogados determinen una cantidad en dólares:
Método Per Diem
Este método asigna un valor diario al daño moral y a otros daños no económicos, que luego se multiplica por el número de días que la víctima los ha padecido.
Por ejemplo, si se tarda 180 días en recuperarse de una lesión cerebral y el importe de las dietas se fija en $100, la parte lesionada podría pedir $18,000 como indemnización según este planteamiento.
Método del multiplicador
Más comúnmente utilizado, el método del multiplicador aplica una cifra entre 1.5 y 5 a las lesiones de la víctima, siendo 5 la más grave. A continuación, esa cifra se multiplica por los daños económicos totales.
Pruebas utilizadas para demostrar los daños por daños no económicos
Como puedes ver, probar los daños no económicos puede ser un poco confuso, pero suelen utilizarse varios tipos de pruebas:
Historiales médicos
Los detalles documentados sobre las lesiones físicas que sufriste en el accidente pueden ayudar a fundamentar las demandas por lesiones personales relativas al dolor y el sufrimiento.
Informes de profesionales de la salud mental
Los testimonios o historiales de terapeutas u otros profesionales de la salud mental pueden desempeñar un papel importante a la hora de validar la angustia emocional sufrida por un accidente.
Anotaciones en el diario personal
Llevar registros que documenten los retos diarios puede ser una prueba contundente de lo difícil que ha sido tu vida desde el accidente.
Declaración de testigos
Los familiares cercanos y los amigos que hayan observado cambios en tu comportamiento o estilo de vida pueden hablar en tu nombre.
Cartas de tu empleador
Una carta de tu empleador puede afirmar los cambios que ha observado en tu capacidad para realizar las tareas y reflejar la transformación que ha notado en tu estado de ánimo o productividad. Aunque esto es obviamente útil para los salarios perdidos, también es importante para establecer los daños no económicos.
Pruebas fotográficas
Las fotos de lesiones visibles (como cicatrices o desfiguración) pueden dar a los implicados una mejor comprensión de lo que estás pasando y pueden ayudar potencialmente a establecer daños no económicos.
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